Debido a las restricciones que se aplicaban en Japón en la tenencia de armas de fuego fuesen de cualquier tipo ó calibre, hizo que algunos empresarios se las ingeniaran para diseñar unas perfectas réplicas de las armas más famosas del mundo.

Ni que decir tiene que no se podían imaginar lo que provocaría ésto, no sólo en Japón, sino en el resto del mundo, originando una aceptación sin precedentes, y creándose un verdadero movimiento de coleccionistas de éstas réplicas, y a la vez, de jugadores.

Las réplicas están propulsadas por un pequeño impulso de aire, generado por la corredera de la réplica a cada disparo (muelle), gas que se almacena en un depósito en la misma réplica, o un pequeño motor eléctrico que con una caja de mecanismos, impulsa un pistón.

Los tres sistemas impulsan unas pequeñas bolitas de 6 milimetros, con un peso variable de entre 0.12 y 0.45 gramos, siendo el estandar de 0.2 gramos (2 décimas de gramo), impactando con una energía que en ningún caso supera 1 julio.

Existen diferentes asociaciones federativas en diversos paises del mundo, que incluyen agrupaciones que se reunen con fines puramente deportivos.

La temática de precauciones que debe adoptar el usuario de éste tipo de réplicas, toma importancia debido al realismo de las mismas, por lo que vienen a observarse las mismas normas de seguridad que si de armas reales se tratase.

Todos los fines de semana, miles y miles de aficionados se reunen para organizar sus partidas, que reciben el nombre de "Operaciones XXX", como si de una operación militar se tratase, aplicando el grado de realismo que se quiera. El límite es la imaginación. Se usan uniformes y tácticas de origen militar y policial.

Recordamos que para éste tipo de juegos, deben observarse una serie de normas de seguridad, ya que hay zonas de nuestra anatomía más sensibles y expuestas, como los ojos, siendo preceptiva la utilización de unas gafas de seguridad que cubran todo el perímetro del ojo y sean de lentes de material orgánico.